X-RAY (Terror, creepypasta)

Ok este cuento lo hice ya rato, es un relato corto de terror con elementos fantásticos que hice para un concurso que no gané... después de pensar un tiempo decidí que podía alargarlo hasta la versión que les presento y hacerlo parte de una Trilogía a la que llamo: "Hombre muerto". La forma en la que lo pensé fue como0 un formato creepypasta pero que tanto entra en el genero solo ustedes podrían saber :D En fin espero que lo disfruten y que opinen si les gustó y si les gustaría ver otro cuento de la trilogía.

Pd. El cuento es para mayores de 15 años

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Realmente odio las radiografías. Cuando las miras encuentras lo que hay dentro de ti, y dentro de ti no hay no amor… no hay esperanza… no hay un alma. Dentro de ti estás muerto… por lo menos es lo que muestra la radiografía.
Cuando me mostraron la radiografía numerada como 1242 me quede helada. El cráneo viéndome de frente con sus ojos muertos tenía los dientes destrozados y atorado en su garganta se encontraba lo que parecía ser un dedo humano. Me quede en shock, el doctor de igual forma por unos segundos se quedó inmóvil pero después comenzó a disculparse a toda prisa. Debe ser una equivocación señorita… son de alguien más obviamente, disculpe buscaremos las suyas. Guardo las radiografías en el sobre rotulado con mi nombre, y se fue.
El error se solucionó, mis radiografías mostraban una pequeña contusión poco peligrosa, pero se insistió en que me quedara unos días en observación. Yo no quería pero termine aceptando.
El problema de no tener amigos o familiares que te aprecien es que muchas noches son solitarias y tanto peor si son en un hospital. No sé qué es lo menos me agrado. El silencio constante interrumpido por susurros, llantos o gimoteos. La mala comida correosa y en pequeñas porciones o quizá el trato de las enfermeras. Creo que si… eso fue lo peor.
Pasaba la media noche y yo tenía un sueño intranquilo, como todas las noches que no estoy acostada en mi propia cama, cuando estoy en un lugar ajeno. Me despertó un leve dolor en el cuello, mis ojos vacilaron con la tenue luz que iluminaba el cuarto y cuando por fin lograron enfocar algo, me di cuenta como una larga y fría aguja, ligeramente coloreada de rojo se alejaba de mi cuello. La joven enfermera me sonreía mientras mi cuerpo se sentía pesado y cansado aunque despierto.
Me subió a una silla de ruedas, no podía hacer nada pues mi cuerpo no reaccionaba. Me sacó por el pasillo, mientras las ruedas apenas y hacían un leve rechinido. Creo que en algún momento se acercó a alguien y dijo algo incomprensible, después siguió empujándome hasta el cuarto de radiografías.
Unas cuantas veces lo intente ¿sabes?, les pedía permiso y ellas simplemente… me decía con una voz dulce mientras me ataba contra una silla, asegurando mis muñecas contra los brazos de esta. Pero no cometo más esos errores ¿sabes?, no ya no… dijo mientras de forma igual a la anterior ataba mis tobillos contra las patas de la silla.
No sé cuánto tiempo pasó debieron ser unos minutos mientras preparaba todo, yo comenzaba a recuperar cada vez más consciencia, sobre todo cuando plantó sus labios contra los míos. La enfermera acaricio mi cuerpo, no podía hacer nada, no me encontraba tanto en este mundo como en uno borroso y doloroso. Pero cometió un error, pasó su pulgar por mis labios así que tomando una determinación, que dios sabe de dónde saqué, la mordí con toda mi fuerza, desprendiendo aquel dedo y guardándolo en mi boca. Ella se dolió y gritó, yo apenas y entendía lo sucedido, pero ella no perdió el tiempo, tomo una botella de vidrio de una mesa y la estampo contra mi boca. Sentí el inmenso dolor de mis dientes rompiéndose y el dedo pasando hacia mi garganta, al tiempo que comenzaba a ahogarme.
Ella se excitó mientras me dirigía a una muerte lenta, soltó mis piernas y comenzó a separarlas. No sabía qué hacer así que patee con el costado de mi pie con la mayor fuerza que pude el gabinete de la derecha. Ella se alarmó fugazmente, pero se dio cuenta que sobre el gabinete no había nada más que sobres y papeles. Sobres y papeles. Yo pateé y pateé hasta que por fin algo calló. Frente a ella. La radiografía.
Apenas le dirigió una mirada y escupió sangre y dientes, empezó a asfixiarse en el suelo. Sentí un dolor profundo en mi mano derecha y me di cuenta que me hacía falta el pulgar y la sangre brotaba a borbotones de la herida. El dolor era profundo, pero la falta del pulgar hiso que por fin me liberara de esa atadura. La mire con odio, respirando con dificultad porque apenas salía de mi asfixia, tomé la máquina de rayos X y la gire hacia ella. No sé porque estaba prendida o como es que aquello me funcionó, pero en un instante su rostro se estiró sobrehumanamente dejándola en un segundo como el ser más abominable del mundo (como lo que en realidad era) y después explotó esa parte del rostro.
Lo demás les aburriría saberlo. Como nos encontraron. Como no supieron a quien culpar. Como me dijeron que mi pulgar se encontraba en la garganta de ella y que jamás lo recuperaría. Cuando por fin salí de aquel maldito hospital, para cuando por fin estaba en mi hogar y cuando por fin pude descansar… encontré algo en el espejo de mi tocador. Las radiografías. Estaban ahí una con el pulgar en la garganta y la otra como una fotografía mal sacada con el cráneo de la enfermera esparcido para arriba y la derecha. Aspiré profundamente, sentí el oxigeno en mis pulmones y las guarde bajo la cama. Habían vuelto para recordarme que… por dentro… todos estamos muertos.

Muchas gracias a todos por leer la historia, me da mucho gusto. En medio de la pelea se vuelve confuso... pero me agrada así es como ver cambios de camara muy rápidos y te hace preguntarte: WTF?, creo que si de verdad pasará algo tan extraño a todos nos costaría mucho trabajo encontrarle sentido. Por otra parte, la trilogía del "Hombre muerto" se llama así por la conclusión de que todos moriremos... no tienen mucha conexión entre historias :D